La Ciudad de México ha registrado una serie de microsismos en las últimas horas, con magnitudes que oscilan entre los 1.8 y 2.7 grados. Estos movimientos telúricos fueron particularmente percibidos en las alcaldías de Miguel Hidalgo y Álvaro Obregón, donde los residentes reportaron haber sentido los temblores. A pesar de que no hubo daños materiales importantes, estos pequeños sismos despertaron la inquietud de la población, siempre atenta ante cualquier actividad sísmica.
El Servicio Sismológico Nacional ha indicado que estos microsismos, al ocurrir a profundidades muy bajas, son más perceptibles, aunque sus magnitudes sean bajas. La Ciudad de México, ubicada sobre una red de fallas geológicas, es propensa a este tipo de fenómenos, que si bien no representan un riesgo inmediato, mantienen a las autoridades y a los ciudadanos en alerta constante.
Las autoridades locales, encabezadas por el jefe de gobierno Martí Batres, han reiterado que continúan monitoreando la situación y recomiendan a la ciudadanía mantener la calma. Aunque los expertos aseguran que estos microsismos podrían ser una liberación natural de energía, también recuerdan la importancia de estar preparados para sismos de mayor magnitud.
Los especialistas afirman que este tipo de eventos son normales en una ciudad con alta actividad sísmica, pero es fundamental seguir las recomendaciones de Protección Civil, revisar los protocolos de emergencia y estar informados ante cualquier cambio en la actividad tectónica. Por el momento, la calma sigue predominando, aunque la vigilancia se mantiene activa.