El estado de Hidalgo está enfrentando una de las peores temporadas de lluvias en los últimos años. Las intensas precipitaciones han causado graves inundaciones en varias localidades, principalmente en los municipios de Tula, Tepeji del Río, Ixmiquilpan y Actopan. Estas áreas han visto cómo ríos y presas han superado su capacidad, lo que ha llevado al desbordamiento de cuerpos de agua y la evacuación urgente de cientos de personas.
El gobierno estatal ha declarado alerta roja en varias zonas y ha activado protocolos de emergencia para rescatar a familias que quedaron atrapadas en sus hogares. Las imágenes de viviendas anegadas, calles convertidas en ríos y vehículos flotando en el agua han circulado ampliamente en redes sociales, mostrando la magnitud del desastre. Protección Civil ha coordinado esfuerzos para repartir ayuda humanitaria y habilitar albergues para los damnificados.
Hasta el momento, no se han reportado pérdidas humanas, pero los daños materiales son cuantiosos. Además, muchas familias han perdido sus pertenencias y sus hogares han quedado inhabitables. Las autoridades han pedido a la población no acercarse a zonas de riesgo, ya que el pronóstico meteorológico indica que las lluvias continuarán en los próximos días, lo que podría agravar la situación.
Organizaciones civiles y voluntarios se han sumado a las labores de apoyo, recolectando víveres, ropa y medicamentos para los afectados. Sin embargo, muchos damnificados han expresado su preocupación por la lentitud en la llegada de la ayuda gubernamental. El gobernador del estado ha hecho un llamado al gobierno federal para acelerar el envío de recursos y personal de apoyo para mitigar los efectos de las inundaciones.
Esta no es la primera vez que Hidalgo enfrenta una situación de este tipo. En años anteriores, municipios como Tula también sufrieron graves inundaciones, lo que ha generado críticas sobre la falta de inversión en infraestructura hidráulica para evitar este tipo de desastres. Expertos señalan que es necesario un plan integral que incluya la mejora de los sistemas de drenaje y una reforestación adecuada de las zonas afectadas.