La realidad de las adicciones en México es muy preocupante. Albero hizo un análisis de la ENCODAT 2016-2017 revelando que solo en Puebla, 1,817,000 de personas son candidatas para una atención preventiva y 408,000 para una atención paliativa de consumo de alcohol. Por otra parte 638,500 personas son candidatas para una atención preventiva y 39,500 para una atención paliativa en el consumo de sustancias
Una de las limitantes de buscar ayuda, que más se observa en pacientes adictos, ha sido por mucho tiempo, el mencionar que no quieren que los internen en un centro de rehabilitación. Normalmente esta conducta ha sido interpretada por los familiares o la sociedad en general, como una actitud de “no querer rehabilitarse”, lo cual realmente no sucede así.
Existe una realidad, y esta es, que los familiares de un adicto, tienen miedo de que su familiar no le de continuidad al tratamiento y que termine entonces por decidir que no se va a rehabilitar. Algo similar al asunto de que el familiar adicto ha dicho mil veces que va a dejar de tomar o de consumir una droga, pero que al fin no termina de hacerlo y entonces se involucra en un sin fin de promesas, donde la última cosa que realiza es el intento de dejarlo.
Ahora bien, ¿internar a un paciente adicto es la diferencia para que se quiera rehabilitar?. La respuesta es no porque el estar rodeado de cuatro paredes no es el eje central de la rehabilitación. El eje principal de todo esto, es poder decir que no. Poder decirle a la droga que no.
Y la pregunta que viene a todo esto es ¿en realidad es imposible enfrentar la abstinencia al grado de no poderse rehabilitar y entonces necesitar algo que lo impida como un clínica de rehabilitación de adicciones? . Y entonces aquí también surge la respuesta “no”. Porque realmente las personas que se rehabilitan de una adicción, son aquellas que toman el “toro por los cuernos” y se deciden a hacer algo para mejorar.
Por mucho tiempo en México los tratamientos se han basado en el internamiento. Y esto parecería más de lo mismo para empujarlos a rehabilitarse. Sin embargo en las conversaciones cotidianas de quienes padecen una adicción, es común escuchar que estuvieron internados en tal o cual clínica, pero que recayeron porque no se querían rehabilitar.
Un tratamiento a la vanguardia ha llegado a México, su nombre es Albero. Dicho tratamiento es un Programa Ambulatorio Intensivo para el Manejo de las Adicciones que cumple con la tendencia a nivel mundial de comenzar a desaparecer lugares de internamiento como los psiquiátricos. Esto bajo la premisa de respetar la libertad del paciente de elegir si quiere recibir o no atención.
Albero es una nueva opción para pacientes adictos que están buscando una rehabilitación. Su objetivo es luchar contra las prácticas de retener, forzar o incomunicar a los usuarios de alcohol o drogas, en los centros de rehabilitación de adicciones. Albero rompe con todos los esquemas preestablecidos ya que su principal objetivo es brindarle a los pacientes una opción, respetando su autonomía y permitiéndoles continuar con las cosas que no se pueden dar el lujo de perder. Lo cual significa una nueva posibilidad de poder continuar con sus estudios si son jóvenes, o en el caso de que tuvieran trabajo, tener la posibilidad de ejercer. Eso sí, dedicándole el mayor tiempo posible a su rehabilitación.
Pero, ¿cómo funciona este centro ya en la práctica?. Bueno, básicamente se enfoca en romper con los paradigmas de cómo hacer frente a la abstinencia. Alfonso Chávez director de psicología de este programa de rehabilitación menciona lo siguiente: “Albero es un tratamiento mucho más realista, es un programa donde se trabaja con la abstinencia de verdad. Aquella donde la persona se puede encontrar con una cerveza y se la puede tomar”.
Este Programa Ambulatorio Intensivo o PAI, tiene cosas muy interesantes. Una de ellas por ejemplo, que el paciente aprende a utilizar el test antidoping como una herramienta de rehabilitación, no de persecución. Y entonces, esto lo beneficia para tener un medio de contención que lo haga pensar dos veces respecto a consumir.
Las actividades psico-educativas y psicoterapéuticas del programa incluyen sesiones de habilidades de recuperación temprana, grupo de los 12 pasos, prevención de recaídas y sesiones de terapia familiar. Todas ellas con el objetivo de ayudar a la persona que padece una adicción en entender como es que se vive la abstinencia y los recursos que se pueden adquirir para enfrentarla.
Respecto a la parte médica, la doctora Mariel González menciona también que Albero es un programa de rehabilitación diferente, ya que en el mismo se da seguimiento para preparar a sus pacientes para hacerse cargo de su tratamiento farmacológico (para los casos que lo ameriten). De alguna manera es también romper con los paradigmas donde los familiares terminan haciéndose cargo de cómo y cuando se toma el medicamento el paciente. Enfocándose entonces el programa, en la concientización del autocuidado, en cuanto a medicamento se refiere.
Ahora bien, ¿a que nivel de gravedad del padecimiento va dirigido este programa?. Ahí es donde el tema se vuelve más interesante, menciona Alfonso Chávez. El Programa Ambulatorio Intensivo de Albero va dirigido a grupos que nunca antes se han atendido en México; además de atender a aquellos que se lleva atendiendo durante mucho tiempo pero sin respeto a su autonomía.
Albero es una opción muy interesante para ese grupo de jóvenes que inician el consumo de alcohol o drogas y que normalmente se les atiende hasta que el problema se volvió muy grave. Y ello tiene sentido. Muchos padres de familia no llevan a sus hijos a un centro de rehabilitación de adicciones puesto que piensan que la decisión sería “muy exagerada”. En sus palabras: “¡Cómo lo vamos a meter a una clínica de rehabilitación!”. Y es comprensible dicha actitud. Entonces es ahí donde entra la posibilidad de rehabilitarse en Albero, ya que se le da el nivel de importancia al problema y a la vez se brinda la oportunidad más importante a la vida de una persona que comienza con una adicción: el tratamiento preventivo.
Entonces Albero funciona como un tratamiento preventivo pero no solo eso. También se vuelve una excelente opción para personas que ya han llevado una rehabilitación y que por alguna razón ante una recaída, necesitan volver con una mayor contención a la rehabilitación. Entonces Albero también apoya a esos pacientes que como en el argot de las adicciones mencionan “ya se la saben” pero que por otro lado saben que tienen la capacidad de mantenerse en un programa ambulatorio que simplemente les estructure mejor el regresar al camino de la rehabilitación.
Finalmente el programa de Albero funciona también para todas aquellas personas que tienen una adicción de tiempo atrás y que están buscando una rehabilitación. Así que valdría mucho la pena que si se encuentra en alguna decisión ya sea como familiar o como adicto, se tome un momento para investigar más sobre este programa de rehabilitación. Su website https://albero.mx
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Fuente Comunicae