El inicio de 2025 ha traído un golpe al bolsillo de los mexicanos con el incremento del 4.5% en las cuotas del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS). Este ajuste afecta productos como cigarros, refrescos y combustibles, generando preocupación entre los consumidores.
Especialistas han indicado que este aumento forma parte de una estrategia para incrementar la recaudación fiscal y desincentivar el consumo de productos nocivos para la salud. Sin embargo, también impacta directamente a las economías familiares, especialmente en un contexto de inflación.
El Gobierno Federal defendió la medida como necesaria para fortalecer las finanzas públicas y garantizar el presupuesto para programas sociales. Pese a ello, sectores empresariales y consumidores han expresado su descontento, argumentando que este tipo de ajustes afectan el poder adquisitivo.
Además, los transportistas han advertido que el aumento en los combustibles podría traducirse en un alza en los costos de bienes y servicios, generando una cadena de incrementos en la economía.
El panorama exige un equilibrio entre la recaudación fiscal y la protección del poder adquisitivo, especialmente en un momento donde la estabilidad económica es crucial para las familias mexicanas.