Por Dana Rodríguez
CDMX, 18 noviembre 2025.- La decisión del alcalde López Casarín de presumir el próximo lanzamiento del microsatélite MXÁO-1 como uno de los pilares de su gestión generó fuerte desconcierto entre los legisladores. Aunque el edil argumentó que el dispositivo permitirá obtener información útil para la planeación urbana y la preservación ambiental, su exposición abrió un debate inevitable: ¿por qué la alcaldía apuesta por proyectos espaciales mientras enfrenta carencias tan elementales en territorio?
La pregunta cobró mayor peso al considerar que el alcalde también impulsó el Cluster Universitario de Alto Nivel, otro proyecto de corte futurista cuya utilidad para la ciudadanía inmediata no termina de ser clara. Los diputados reclamaron detalles que López Casarín no precisó, particularmente en lo relacionado con beneficios concretos para la población y el costo de iniciativas que se sienten desconectadas de las urgencias del día a día.
La discusión dejó expuesta la percepción de prioridades invertidas: mientras las colonias de la demarcación siguen lidiando con infraestructura deficiente, limitaciones de movilidad y servicios insuficientes, la administración opta por enfocarse en proyectos de alto perfil tecnológico que, hasta ahora, no han demostrado impacto tangible en las comunidades.
El contraste entre la realidad cotidiana de Álvaro Obregón y las metas espaciales del gobierno local se volvió un símbolo del descontento, alimentando la crítica sobre una gestión que, en lugar de concentrarse en resolver lo urgente, parece perseguir iniciativas que lucen más en el discurso que en la vida real de sus habitantes.







