Por NOTICIASCD.MX
CDMX, 02 octubre 2025.- La tarde del 2 de octubre, la Ciudad de México fue escenario de una conmemoración empañada por hechos violentos. En el marco del aniversario del movimiento estudiantil de 1968, un grupo de encapuchados del llamado ‘bloque negro’ desvió el rumbo pacífico de la manifestación con agresiones, saqueos y enfrentamientos. La Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), encabezada por Pablo Vázquez Camacho, respondió con un operativo que creció conforme se intensificaron las tensiones.
En un mensaje ofrecido la noche del mismo jueves, Vázquez Camacho detalló que el operativo inició con 500 elementos de distintas corporaciones policiacas —Preventiva, Metropolitana, Auxiliar, Bancaria e Industrial— apoyados por personal de tránsito y paramédicos del Escuadrón de Rescate y Urgencias Médicas. Su presencia, afirmó, tuvo como fin “garantizar el derecho a la libre manifestación y proteger la integridad de las y los participantes”.
Sin embargo, los disturbios generados por un grupo reducido de manifestantes encapuchados, quienes portaban piedras, palos y otros objetos peligrosos, obligaron a incrementar el despliegue policial. La cifra final ascendió a mil 500 elementos. Los disturbios dejaron personas lesionadas entre civiles y uniformados, aunque no se precisaron números. El secretario anunció que en las próximas horas se difundirá un informe más detallado.
Entre los hechos más graves se registró el saqueo de una joyería, por el cual fue detenida una persona y recuperada parte de la mercancía robada. La SSC trabaja ya en la identificación de los responsables de otros delitos cometidos durante la jornada, en coordinación con la Fiscalía General de Justicia capitalina.
Vázquez Camacho aprovechó su mensaje para rechazar la violencia ejercida durante la marcha y subrayó el modelo policial actual, que —dijo— no recurre a la represión. “La Policía de la Ciudad de México es una Policía que avanza con la mirada puesta en el futuro”, afirmó. Según el secretario, los elementos actuaron conforme a los protocolos, sin armas, equipados únicamente con escudos, cascos y extintores.
También hizo un reconocimiento público a los elementos de la corporación: “Quiero reconocer la valentía y vocación de mis compañeras y compañeros, las y los mejores policías del país”. Añadió que acudiría personalmente a los hospitales para conocer el estado de salud de los uniformados heridos.
El mensaje concluyó con la reafirmación del compromiso institucional de garantizar el derecho a la manifestación, “en estricto apego a los protocolos”.
A 57 años de la masacre de Tlatelolco, la tensión entre memoria, protesta y seguridad sigue marcando la jornada del 2 de octubre. La violencia, como cada año, amenaza con desdibujar el reclamo legítimo de justicia, mientras las autoridades enfrentan el reto de contener sin reprimir.