Por Dana Rodríguez
CDMX, 18 agosto 2025.- En un discurso que apeló tanto a la ética como a la ciencia, la diputada Diana Barragán Sánchez, del PT, celebró la aprobación de las reformas que reconocen a los animales como seres sintientes capaces de “sufrir, amar y anhelar una vida libre de dolor”. Esta afirmación tiene respaldo científico: la comunidad etológica y neurocientífica ha demostrado que numerosas especies animales poseen sistemas nerviosos que les permiten experimentar emociones complejas, desde miedo y angustia hasta apego y gozo.
El cambio legal también refuerza el principio de tutela responsable, estableciendo que toda persona que asume el cuidado de un animal también adquiere un compromiso legal y ético. Esto significa que el maltrato, la negligencia y el abandono ya no serán tratados como simples infracciones administrativas, sino como actos jurídicamente sancionables.
Barragán afirmó que este cambio legal transforma principios abstractos en herramientas jurídicas concretas. En sus palabras: “La izquierda no sólo defiende al obrero o al estudiante, sino toda forma de vida”. La reforma también marca un viraje en el enfoque de los derechos: ya no se trata sólo de derechos humanos, sino de una visión más amplia y empática de justicia social que reconoce la interdependencia entre especies.
Este marco legal abre la puerta a nuevas figuras jurídicas, como la representación legal de animales en procesos civiles, la fiscalización de criaderos, el control ético de zoológicos y espectáculos, y la revisión de prácticas institucionales como el uso de animales en la educación, la investigación y las fuerzas armadas.