Por HHR
‘Congreso CDMX ausente’
CDMX, 08 julio 2025 (LAMETROPOLI.COM.MX).- La gentrificación es un proceso urbano en el que áreas de bajo valor económico experimentan una transformación socioeconómica, caracterizada por el aumento de los costos de vivienda, la llegada de nuevos residentes con mayor poder adquisitivo y la transformación del entorno urbano.
Durante más de 30 años, la Ciudad de México ha sido gobernada principalmente por el mismo grupo político, lo que ha influido en las políticas urbanas y de vivienda. Este dominio prolongado ha generado falta de soluciones efectivas a problemas estructurales como la escasez de vivienda.
Las políticas han tendido a favorecer desarrollos privados de alto valor, lo que ha exacerbado la gentrificación en colonias como Condesa, Roma, Polanco y, más recientemente, Juárez y Doctores. La falta de regulación efectiva por parte del Legislativo local, sobre el mercado inmobiliario y la especulación han contribuido a la exclusión de sectores de menores ingresos.
La gentrificación en la CDMX está impulsada principalmente por la insuficiencia de oferta de vivienda frente a una demanda creciente. Factores clave incluyen:
- Crecimiento poblacional y urbanización: La CDMX concentra una alta densidad poblacional, con una demanda constante de espacios habitables.
- Especulación inmobiliaria: La conversión de predios y edificios antiguos en desarrollos de lujo ha disparado los precios, desplazando a residentes de clase media y baja.
- Falta de regulación: La ausencia de políticas que limiten la especulación y promuevan vivienda asequible ha permitido que el mercado favorezca a inversionistas privados.
- Atractivo para extranjeros: La llegada de nómadas digitales y expatriados, atraídos por el bajo costo de vida relativo y la riqueza cultural, ha incrementado la demanda en ciertas zonas, elevando los costos de renta y venta.
Para mitigar la gentrificación y sus efectos, se requiere un enfoque integral:
- Aumentar la producción de vivienda: Es esencial impulsar la construcción de vivienda tanto pública como privada. La vivienda pública debe ser accesible y diseñada para atender a sectores vulnerables, mientras que el sector privado debe ser regulado para evitar desarrollos exclusivos que desplacen a la población local.
- Regulación del mercado inmobiliario: Implementar medidas como topes a los aumentos de renta, incentivos fiscales para desarrollos de vivienda asequible y restricciones a la conversión de edificios en propiedades de lujo.
- Planeación urbana inclusiva: Diseñar políticas que equilibren el desarrollo económico con la preservación de comunidades locales, evitando la homogenización cultural.
La vivienda pública debe priorizar a los jóvenes, un sector especialmente afectado por los altos costos y la precariedad laboral. Las políticas deben:
- Evitar la violación de la propiedad privada: Cualquier iniciativa de vivienda pública debe respetar los derechos de los propietarios y basarse en mecanismos legales y transparentes.
- Resistir a grupos de presión: Evitar que programas de vivienda sean capturados por intereses políticos o corporativos que desvíen los recursos de su propósito social.
- Fomentar accesibilidad: Diseñar esquemas de financiamiento, como créditos blandos o subsidios, que permitan a los jóvenes acceder a vivienda digna sin endeudarse de manera insostenible.
- Gentrificación más allá de los extranjeros
Aunque la presencia de extranjeros, particularmente en colonias céntricas, ha intensificado la gentrificación, el fenómeno no depende exclusivamente de ellos. Factores internos como:
- La desigualdad socioeconómica y la concentración de riqueza en ciertas zonas.
- La falta de planificación urbana que priorice a las comunidades locales.
- El boom inmobiliario impulsado por desarrolladores privados y la demanda de vivienda de lujo. Estos elementos aseguran que la gentrificación persista incluso si la migración extranjera disminuyera. Por lo tanto, las soluciones deben abordar las dinámicas internas del mercado y la distribución desigual de recursos.
- La violencia no es la solución
La gentrificación ha generado tensiones sociales, con protestas y conflictos entre residentes, desarrolladores y autoridades. Sin embargo, la violencia nunca es el camino. Las soluciones deben basarse en:
- Diálogo y participación ciudadana: Involucrar a las comunidades en la planeación urbana para garantizar que sus necesidades sean consideradas.
- Políticas públicas efectivas: Implementar regulaciones que equilibren los intereses de los residentes, los desarrolladores y el gobierno.
- Transparencia y rendición de cuentas: Garantizar que las decisiones sobre desarrollo urbano sean claras y no respondan a intereses particulares.
La gentrificación en la CDMX es un problema complejo, impulsado por la escasez de vivienda, la especulación inmobiliaria y la falta de políticas inclusivas. Si bien la presencia de extranjeros ha amplificado el fenómeno, sus raíces son estructurales y requieren soluciones integrales: mayor producción de vivienda, regulación del mercado, enfoque en sectores vulnerables como los jóvenes y un compromiso con la no violencia. La gobernanza de largo plazo en la ciudad debe asumir la responsabilidad de implementar políticas que equilibren el desarrollo económico con la justicia social, preservando el carácter inclusivo y diverso de la capital.