Por Arturo Gutiérrez
- Locatarios estallan en el Congreso; se rompe narrativa de Morena sobre respaldo ciudadano
CDMX, 03 septiembre 2025.- El discurso oficial del Grupo Parlamentario de Morena sobre sus jornadas de abasto comenzó a desmoronarse este miércoles, cuando locatarios de mercados públicos interrumpieron una sesión del Congreso local con protestas y reclamos, forzando la suspensión de los trabajos legislativos.
El conflicto surgió a raíz de una propuesta de Movimiento Ciudadano para suspender dichas jornadas, argumentando que perjudican gravemente la economía de los mercados públicos. Aunque Morena intentó neutralizar la crítica anunciando un supuesto “acuerdo” con locatarios —el cual incluye evitar instalar ferias cerca de mercados y no hacer promoción en su interior—, los comerciantes que protestaron dejaron claro que no todos fueron consultados ni están de acuerdo con esas medidas.
La diputada Xóchitl Bravo, flanqueada por otros legisladores morenistas, insistió en que su bancada es la única que ha escuchado las inquietudes de los mercados. Sin embargo, lo sucedido en el pleno reflejó una fractura interna en la relación entre Morena y los comerciantes que dice representar.
Más allá de los discursos, las ferias de abasto se han convertido en una herramienta de visibilidad política con fuerte impacto en el comercio local. Los mercados establecidos enfrentan regulación, inspecciones, pagos y restricciones; en cambio, las jornadas impulsadas por legisladores —muchas veces desde recursos institucionales o programas opacos— operan sin ese control, lo que ha sido considerado como una forma de competencia desleal.
A esto se suma una pregunta central: si el objetivo es apoyar a la población vulnerable, ¿por qué no fortalecer directamente a los mercados públicos como centros de distribución de alimentos de calidad y precio justo?
Con las tensiones subiendo y las protestas ya dentro del Congreso, el tema promete escalar. Lo que está en juego no es sólo el modelo de apoyo alimentario, sino también el uso de recursos públicos y el respeto al comercio local que sostiene buena parte de la economía de barrio en la capital del país.