- Despensas, colchones y comida caliente no reemplazan lo perdido; falta transparencia y certeza en los apoyos
CDMX.- El despliegue de ayuda social por parte del Gobierno capitalino en Iztacalco ha sido visible pero cuestionable. A nombre de la “solidaridad institucional”, se entregan kits de limpieza, colchones, garrafones de agua, despensas básicas y alimentos cocinados en comedores emergentes. Sin embargo, detrás del operativo, se ocultan vacíos críticos: ¿Quién decide qué familia recibe qué apoyo? ¿Con base en qué criterios? ¿Dónde están los padrones públicos?
La jefa de Gobierno anunció que 122 familias afectadas recibirán un apoyo económico emergente, además de lo que cubra el seguro contratado por la ciudad. Pero reconoció que el seguro “tarda” y que el apoyo directo también depende del nivel de agua que entró en cada vivienda. Más allá del discurso, no se han mostrado los montos ni las reglas de operación.
Mientras tanto, el secretario de Participación Ciudadana, Tomás Pliego, anunció que se colocarán etiquetas con colores en las casas según el nivel de afectación, lo que determinará el tipo de ayuda. Esta medida —similar a un semáforo de daños— ha generado inquietud entre vecinos que consideran que su pérdida no puede medirse con una cinta métrica o una etiqueta pegada en la fachada.
En paralelo, varias dependencias —desde Salud hasta Obras y Bienestar— trabajan de forma simultánea en las unidades más afectadas. Pero los vecinos temen que esta coordinación, basada en la emergencia, desaparezca tan pronto pasen las lluvias y el foco mediático. Ya ha ocurrido antes.
Porque si bien la ayuda inmediata es necesaria, lo que sigue sin llegar es una política clara de prevención, reparación integral y seguimiento público de los compromisos asumidos por el Gobierno.