Por Dana Rodríguez
Ciudad de México, 24 de noviembre de 2025.- El informe de Lourdes Paz Reyes dejó un mensaje preocupante para la ciudadanía: mientras la administración gasta cifras históricas en seguridad, servicios públicos tan básicos como el drenaje, el alumbrado, el bacheo y las banquetas continúan en estado crítico. La alcaldesa reconoció que para 2026 necesita ampliaciones millonarias en prácticamente todos estos rubros, lo que confirma que las inversiones de este año no fueron suficientes o no se ejecutaron con la eficacia que presume.
La mandataria destacó la reducción del 18% en delitos de alto impacto, pero esta cifra contrasta con el desbalance presupuestal: 152.68 millones destinados a contratación de policías y 18.99 millones al arrendamiento de patrullas. En contraste, problemas recurrentes como el drenaje apenas recibirán 15 millones adicionales el próximo año, pese a los múltiples siniestros reportados y a las deficiencias arrastradas desde administraciones anteriores.
En infraestructura social, la alcaldía destinó 36.4 millones a centros sociales y deportivos, y 44.9 millones a obras de drenaje. Pero su solicitud de más de 157 millones extra para obra pública confirma que esas inversiones no lograron detener el deterioro urbano ni resolver las quejas vecinales que persisten año con año.
El cierre presupuestal exhibido por la alcaldesa tampoco ayuda a su narrativa de orden: del presupuesto modificado de 2,598.75 millones, solo quedan 3.9 millones reales disponibles, mientras que el Capítulo 1000 presenta un avance del 82% y el 5000 ya no cuenta con recursos. Esto demuestra una administración que opera al límite, sin margen para ajustes, y que depende completamente del visto bueno del Congreso para continuar sus proyectos.
El discurso político de Paz Reyes intentó proyectar una gestión eficiente, pero terminó revelando un escenario menos favorecedor: gastos desproporcionados, obras insuficientes y una petición de más recursos sin demostrar que el gasto anterior logró resolver los problemas más urgentes de la demarcación.
En Iztacalco, el mensaje fue claro: la alcaldía sigue luchando contra los mismos rezagos y necesita más presupuesto para intentarlo nuevamente en 2026.







