Por NOTICIASCD.MX
Ciudad de México, 12 de septiembre de 2025.- El Gobierno de la Ciudad de México, encabezado por Clara Brugada, realizó un acto multitudinario en el Zócalo capitalino para lanzar el programa Mercomuna, presentado como una estrategia innovadora de apoyo social. Sin embargo, lejos de representar un cambio de paradigma, el programa reproduce viejas prácticas asistencialistas de cuando ella era alcaldesa en Iztapalapa, sólo que ahora bajo un lenguaje reciclado de economía popular para toda la ciudad.
Con vales de 2 mil pesos por beneficiario, Mercomuna se presenta como una alternativa “moderna” a las despensas, un símbolo del clientelismo del pasado. Pero el fondo es el mismo: la entrega directa de apoyos en tiempos políticamente estratégicos, sin rendición de cuentas, sin auditorías públicas y con una opacidad preocupante sobre los mecanismos de operación.
La jefa de Gobierno fue clara al señalar que los vales no beneficiarán a grandes cadenas comerciales, pero evitó dar detalles sobre la empresa encargada del canje de vales, identificada únicamente como “Valera”. ¿Qué papel juega esta empresa? ¿Cómo fue contratada? ¿Qué porcentaje del recurso se queda en la operación logística? Nada se dijo.
Además, el acto tuvo un evidente tono de propaganda. Se exaltó el papel del presidente Andrés Manuel López Obrador, se rindió pleitesía a la presidenta Claudia Sheinbaum y se repitió hasta el cansancio la frase “por el bien de todos, primero los pobres”, sin que se ofreciera evidencia técnica de que este programa contribuya realmente a combatir la pobreza estructural.
Mercomuna es un programa sin diagnósticos públicos, sin evaluación de impacto, sin reglas de operación claras. Lo que se presenta como “dinero directo al pueblo” es en realidad una forma de distribución selectiva de recursos, con altos riesgos de uso electoral.
Mientras tanto, los problemas de fondo persisten. La informalidad laboral se mantiene por encima del 50 por ciento, el precio de los alimentos sigue en aumento y los mercados populares, a los que supuestamente se pretende fortalecer, siguen operando con infraestructura precaria, sin seguridad y con problemas sanitarios evidentes.
En lugar de fortalecer capacidades productivas o generar empleo digno, Mercomuna sólo refuerza la dependencia de los sectores vulnerables al aparato gubernamental. Una medida paliativa, improvisada y claramente ideológica, presentada como si fuera política pública moderna.