Por Dana Rodríguez
CDMX, 04 septiembre 2025.- La “hazaña” que anunció Mauricio Tabe con bombo y platillo de tapar 2 000 baches en tres semanas en Miguel Hidalgo, no es prueba de gestión eficiente, sino síntoma de años sin mantenimiento urbano. El programa, liderado por funcionarios móviles, evidencia improvisación más que conocimiento técnico. Esta situación carece de sostenibilidad, si no se acompaña de un plan estructural.
La reciente decisión del Congreso capitalino obliga a todas las alcaldías a informar el presupuesto específico destinado al bacheo y los avances reales. En este marco, el resultado de Miguel Hidalgo deja serias dudas sobre el origen de esos recursos y si fueron usados acorde a criterios sólidos.
Expertos en urbanismo advierten que un bache parchado puede durar entre 3 y 6 meses, dependiendo del tráfico y los materiales. Sin inversiones reales en repavimentación y sin una estrategia de mantenimiento preventivo, los huecos regresarán con más intensidad.
Este episodio pareciera más un acto de contención mediática que una política urbana coherente. La evaluación ahora dependerá de los datos: cuántos recursos se destinaron, cómo se compraron los materiales y si se implementó un protocolo técnico. Sin esa claridad, el parcheo prolongado seguirá siendo solo eso: un parche político, no una solución real.





