Por Arturo Gutiérrez
CDMX, 01 septiembre 2025.- La historia de Lía Limón en Álvaro Obregón terminó como muchos advertían: entre cajas, bodegas y un silencio incómodo. Tras perder la alcaldía frente a Javier López Casarín en junio de 2024, su salida dejó más dudas que logros. La más reciente: ¿por qué se están vendiendo útiles escolares que debieron ser entregados gratuitamente como parte de su programa “Regreso a Clases”?
Durante tres años, Limón construyó un discurso basado en el “apoyo a las familias”, presumiendo mochilas, ropa y útiles escolares entregados —al menos en redes sociales— como parte de un gobierno cercano a la gente. Pero en los hechos, muchas colonias nunca vieron esos apoyos, o los recibieron de forma limitada y sin continuidad.
Ahora, aparecen cientos (posiblemente miles) de artículos educativos que nunca llegaron a manos de los niños… pero que ahora están disponibles a la venta, como si se tratara de inventario sobrante de alguna tienda. No hay transparencia, no hay explicación, no hay vergüenza.
Este episodio deja en evidencia lo que muchas veces se sospechó: que los programas sociales durante su gestión pudieron haber sido usados con fines electoreros, administrados no bajo criterios de necesidad social, sino de cálculo político. Y peor aún, que al no lograr la reelección, su equipo decidió deshacerse de los recursos… vendiéndolos.
Es inadmisible que recursos financiados con el dinero de todas y todos —porque estos paquetes escolares fueron pagados con presupuesto público— terminen fuera de circulación por razones políticas. ¿No se entregaron para castigar a ciertas colonias? ¿Se reservaron para repartir en campaña? ¿Por qué, si eran para los niños, nunca llegaron?
Mientras Lía Limón hace publicaciones entregando ropa a mujeres víctimas de violencia —causa justa y necesaria—, lo cierto es que en el fondo, su administración terminó vendiendo el apoyo social que tanto promocionó.







