Por Dana Rodríguez
CDMX, 7 de agosto de 2025. — El Congreso capitalino aprobó en comisiones una controvertida reforma que prohíbe el uso, venta y distribución de cigarrillos electrónicos y vapeadores en toda la ciudad. Con esta modificación a la Constitución y la Ley de Salud de la Ciudad de México, se pretende frenar el crecimiento del consumo de estos dispositivos, especialmente entre adolescentes.
Pero mientras los legisladores celebran el avance del dictamen, crecen las voces que cuestionan el fondo de la medida: ¿realmente se está protegiendo la salud pública o se está aplicando un enfoque autoritario sin atender las causas reales del fenómeno?
“Las cifras del consumo adolescente sí son preocupantes, pero no se resuelven con una prohibición generalizada”, comenta Alejandra Gómez, directora de la organización Jóvenes por la Salud. “Se necesita educación, regulación responsable, control de la publicidad y campañas dirigidas a los padres, no criminalización”, agregó.
La propuesta incluye también sanciones por uso individual y equipara los vapeadores con otras sustancias tóxicas o drogas sintéticas como el fentanilo. Expertos en legislación advierten que este tipo de generalizaciones pueden tener consecuencias legales graves para usuarios y pequeños comerciantes.
Además, esta medida contradice el enfoque adoptado en otras partes del mundo, donde los gobiernos han optado por regular y fiscalizar el mercado de vapeadores en lugar de prohibirlo. “Prohibir sin ofrecer alternativas reguladas solo fortalece el mercado ilegal”, afirma el abogado en derechos humanos Mauricio Ledesma.
El dictamen será discutido en el pleno del Congreso la próxima semana, pero el debate ya ha dejado claro que no todos están convencidos de que este sea el camino correcto para cuidar la salud de los capitalinos.