Por: Redacción
Ciudad de México, 30 de julio de 2025.- La diputada Olivia Garza propuso destinar el 0.1% del presupuesto de la Ciudad de México—unos 291 millones de pesos—para fundar un Instituto de Investigación del Agua.
El argumento es contundente: la ciudad enfrenta una crisis hídrica estructural que necesita respuestas científicas, no sólo administrativas. Pero en un contexto de necesidades sociales apremiantes, ¿es esta la mejor manera de invertir casi 300 millones de pesos?
El proyecto se presenta en paralelo a recortes en áreas como vivienda social, infraestructura escolar y movilidad sustentable. El propio Sistema de Aguas de la Ciudad ha reconocido que más del 40% del agua potable se pierde, lo que genera preguntas incómodas: ¿no sería más urgente destinar esa cifra a reparar fugas, reemplazar redes obsoletas o invertir en sistemas de captación pluvial ya probados?
Además, el supuesto financiamiento proviene de una estimación optimista de ingresos en el ejercicio fiscal 2025. Si la recaudación no se cumple, ¿el Instituto quedará en papel mojado?
“La creación de este instituto debe ir acompañada de una estrategia de ejecución clara y objetivos medibles”, advierte el economista público Héctor Arriaga. “De lo contrario, se corre el riesgo de que sea otra institución costosa, sin dientes y sin resultados”.
El reto será demostrar que este organismo no se convertirá en otro elefante blanco, sino en un instrumento de transformación real. Por ahora, los argumentos financieros siguen siendo débiles frente al tamaño del desafío hídrico.